Imagina un día poder consultar con un
médico acerca de "apagar" su hábito de fumar con un día de la cirugía
ambulatoria.
Esa es la posibilidad planteada por un
nuevo estudio realizado por neurocientíficos del MIT dirigidos a encontrar el
interruptor principal en el cerebro que controla los hábitos. Los
investigadores descubrieron que una pequeña región de la corteza prefrontal del
cerebro, donde la mayoría pensamiento y la planificación se produce, es el
responsable de control de momento a momento de que los hábitos se enciende en
un momento dado.
"Siempre hemos pensado - y todavía
lo hacen - que el valor de un hábito es que no tienes que pensar en ello.
Libera tu cerebro para hacer otras cosas ", dice el Profesor del Instituto
Ann Graybiel, miembro del Instituto McGovern para la Investigación del Cerebro
en el MIT. "Sin embargo, no libera de todo. Hay alguna pieza de su corteza
que se sigue dedicando a ese control. "
Como todos somos muy conscientes, los
viejos hábitos tardan en morir, y eso es porque están profundamente en nuestro
cerebro. Eso está muy bien, en algunos casos, ya que permite a nuestro cerebro
que gastar energía en otras cosas mientras que un comportamiento habitual, como
manejar al trabajo, se presenta con muy poca atención requerida. Pero en otros
casos los hábitos pueden causar estragos en nuestras vidas, como en el
trastorno obsesivo-compulsivo. Y a veces lo que antes era un hábito beneficioso
continúa a pesar de que ya no nos beneficia.
El equipo del MIT simulado este escenario
con ratas entrenadas para ejecutar un laberinto en forma de T. Cuando las ratas
se acercó al punto de decisión, oyeron un sonido que indica si deben girar a la
izquierda oa la derecha. Cuando eligieron correctamente, recibieron una
recompensa - chocolate con leche (para dar vuelta a la izquierda) o agua con
azúcar (para girar a la derecha).
Para demostrar que el comportamiento era habitual,
los investigadores finalmente dejó de dar las ratas entrenadas algún tipo de
recompensa, y encontraron que siguió corriendo por el laberinto sin problemas.
Luego, los investigadores ofrecieron la leche con chocolate ratas en sus
jaulas, pero mezclado con cloruro de litio, lo que provoca náuseas luz. Las
ratas continuaba correr a la izquierda cuando con claves para hacerlo, pero que
dejaron de beber la leche de chocolate.
Una vez que se ha demostrado que el
hábito era plenamente arraigado, los investigadores querían ver si podían
romper al interferir con una parte de la corteza prefrontal conocido como el
infralímbica (IL) corteza. Aunque las vías neurales que codifican
comportamiento habitual parecen estar localizados en estructuras profundas del cerebro
conocida como los ganglios basales, se ha demostrado que la corteza IL también
es necesario para tales comportamientos a desarrollar.
Utilizando la optogenética, una técnica
que permite a los investigadores para inhibir las células específicas de la
luz, los investigadores apagado IL actividad de la corteza durante unos
segundos mientras las ratas se acercó al punto en el laberinto en el que tenía
que decidir qué camino tomar.
Inmediatamente, las ratas dejaron de
correr hacia la izquierda (el lado con el chocolate con leche contaminada).
Esto sugiere que la anulación de la corteza IL cambia el cerebro de las ratas
de un "modo automático, reflexivo a un modo que es más cognitivo o
participando en la meta - Procesamiento de qué es exactamente lo que se están
ejecutando para," de acuerdo con Kyle Smith, autor principal del artículo.
Una vez roto el hábito de correr a la
izquierda, las ratas pronto se formó un nuevo hábito, corriendo hacia la
derecha todo el tiempo, incluso cuando cued a correr a la izquierda. Los
investigadores demostraron que podían romper este hábito nuevo, una vez más la
inhibición de la corteza IL con luz. Para su sorpresa, descubrieron que estas
ratas inmediatamente recuperaron su hábito original de funcionamiento con
claves fue cuando hacerlo.
"Este hábito nunca fue olvidado
realmente", dice Smith. "Está escondido en alguna parte, y lo hemos
desenmascarado apagando el nuevo que ha sido sobrescrito".
Entonces, ¿qué significa esto para
nosotros? En primer lugar, parece que los viejos hábitos pueden romperse pero
no se olvida. Son reemplazados por nuevos hábitos, pero el viejo hábito se
esconde todavía. Y parece que la corteza IL (el "interruptor
maestro") favorece nuevos hábitos más viejos.
Estamos, por supuesto, un largo camino de
pruebas de esta técnica en seres humanos. Pero con el tiempo, de acuerdo con
Graybiel, es posible que la tecnología evolucionará hasta el punto de que
podría ser una opción viable para el tratamiento de trastornos relacionados con
el comportamiento excesivamente repetitivas o adictivas.
El estudio fue publicado en las Actas de
la Academia Nacional de Ciencias.
