La epigenética estrictamente es todo aquello que sin
implicar un cambio nucleotídico en nuestro ADN es capaz de regular la expresión
génica. Para entendernos, nuestro ADN, nuestro código genético, está formado
por más de 3 mil millones de nucleótidos, que pueden ser cuatro diferentes,
Adenina, Timina, Guanina y Citosina.
Una mutación es un cambio en alguno de esos nucleótidos, por
ejemplo, lo que de forma normal era una Adenina pasa a ser cualquiera de los
otros tres. Eso dependiendo de donde suceda, puede hacer que un gen que antes
producía una proteína, ahora la produzca mal y no sea funcional o hacer que se
exprese demasiado, siendo normalmente el resultado de cualquiera de los dos
casos la aparición de algún tipo de patología
Pues bien, a diferencia de la mutación, en los cambios
epigenéticos no se ve ningún cambio en el código de nucleótidos, ningún cambio
en las letras que forman nuestro ADN, pero, por suerte o por desgracia, la
expresión ADN se puede regular de muchas maneras. Pueden unirse moléculas al
ADN y regular su expresión (metilación) y pueden unirse moléculas a las
proteínas que regulan el nivel de compactación del ADN (histonas). Esos dos
mecanismos son los dos más comunes en alteraciones epigenéticas y los dos, sin
producir cambio alguno en el patrón de nucleótidos de nuestro ADN, producen una
reducción o silenciamiento de la expresión de un gen. Que mecanismos
epigenéticos produzcan una activación es muy poco común.
Desde hace mucho pero especialmente últimamente, y gracias a
que se pueden estudiar los dos mecanismos más comunes de modificaciones
epigenéticas (un ejemplo lo expliqué aquí), sabemos que muchas enfermedades son
debidas o tienen un componente importante epigenético. Generalmente las
modificaciones epigenéticas sin mutaciones no son causa directa de enfermedad,
suele funcionar así: Una mutación que produce una reducción (no total) en la
expresión de un gen, atrae y acaba produciendo modificaciones epigenéticas que,
junto a la mutación, terminan produciendo el silenciamiento total del gen. Pero
sin mutación no habría habido modificaciones epigenéticas y las modificaciones
epigenéticas per se no son capaces de bloquear totalmente al gen. No podemos
hablar de modificaciones genéticas y epigenéticas de forma exclusiva.
La gracia que ha tenido para muchos esto de la epigenética
es que generalmente se ha dicho que estas modificaciones epigenéticas son
debidas al ambiente. Pero por ambiente no se debe pensar en si hemos crecido en
campo o ciudad, o si hemos comido más o menos sano. Ambiente es nuestra
historia de vida, todo, desde lo que hemos comido desde que nacemos, como
nuestro cuerpo reacciona frente a cualquier nutriente / toxina, lo que
respiramos, el deporte que hacemos, los antioxidantes o no que ingerimos, y
como todos los parámetros se relacionan entre sí…todo. Hermanos gemelos que
nacen con una misma mutación que producirá una enfermedad, por tener una
historia de vida diferente, pueden desarrollar la enfermedad con años de
diferencia, o incluso que uno la desarrolle y otro no.
Digamos que los cambios genéticos y epigenéticos se
comportan como el juego del tira y afloja. Una suma de fuerzas cuyo resultado
neto va a significar que se va o no a producir. Una mutación puede estar
apoyada o totalmente reprimida por mecanismos epigenéticos. De ahí que para
muchas enfermedades sin cura la mejor de las terapias sea la de llevar un
estilo de vida sano, alimentación adecuada, deporte…y sin enfermedad también es
muy importante cuidar a nuestro organismo. Se trata de evitar que además de los
errores con los que nacemos y los que se producen por el paso del tiempo, no se
produzcan añadidos por malos hábitos (tabaquismo, sedentarismo…) que puedan ser
la gota que colma el vaso. Pero en esto de la epigenética no todo vale.
Deformando los conceptos de epigenética. Error, muy grande.
¿Por qué? Por ejemplo la seudo-Bioneuroemoción (BNE) achaca
cualquier enfermedad a desequilibrios emocionales. Según sus promotores, tu
estado emocional puede hacer que aparezca un cáncer (ejemplo) de repente, y
como según ellos tu estado emocional es la causa del cáncer, si recuperas tu
equilibrio emocional tu cáncer desaparecerá de la noche a la mañana. ¿No les
suena? Tu ambiente, tu historia, de donde proviene tu estado emocional actual,
ha producido algo en tu cuerpo que lo ha llevado a enfermar. Y oye, si me
preguntan por referencias de mis afirmaciones, digo que busquen epigenética y como
verán que sale que el ambiente está relacionado con muchas enfermedades, pues
“arreglarlo”. Para alguien sin conocimiento en el área puede sonar convincente.
Pero no funciona así…
El cáncer como ya he dicho muchas veces requiere dos cosas.
Modificaciones en los genes, de dos maneras. Modificaciones que potencian la
actividad de oncogenes y modificaciones que reducen la actividad de genes
supresores de tumores. De momento en todos los cánceres se han encontrado
mutaciones causantes del tumor, y no solo una, decenas y cientos. Las
modificaciones epigenéticas por si solas no son capaces de activar oncogenes y
silenciar genes supresores de tumores, y sin mutación, el efecto de la
epigenética se queda corto. Un cáncer no puede explicarse únicamente por
modificaciones epigenéticas y menos con solo aquellas producidas por el estado
emocional.
– En la BNE indican como medida terapéutica que abandones a
todo aquel que según ellos ha sido causante de tu estado emocional que según
ellos te ha llevado a enfermar. Dicen que no lo vuelvas a ver jamás. Pues
queridos amigos de la BNE, las modificaciones epigenéticas en su gran medida
son permanentes e incluso pueden transmitirse a la descendencia. Vaya, que si
tu estado emocional ha producido una modificación que ha causado un tumor, por
mucho que abandones a quien sea, el cambio va a seguir ahí. Sacrificio inútil.
Remarco que un único cambio no basta, debe haber muchos, y los mecanismos
epigenéticos sin mutación no tienen el efecto suficiente como para producir una
enfermedad.
– Según la BNE, los locos no tienen cáncer. No con
conscientes de su estado emocional y por ende no aparece esa enfermedad que
según ellos solo se debe a eso, tu estado emocional. Afirma que alguien tenía
un cáncer, y al día siguiente se volvió loco y se le pasó (la gente se vuelve
loca de un día para otro y el cáncer pasa como un resfriado). Además, ¿qué es
volverse loco? Hay muchos tipos de demencias. Pero vaya, que el cáncer es la segunda
causa de muerte en esquizofrénicos, con pruebas y datos, no dicho como si te lo
hubiera contado un amigo de oídas.
– Afirman que no es necesario dejar de fumar, que si fumas
pensando en Dios no te pasará nada. Ya mezclamos estado emocional con espiritualidad,
además, se sabe con EVIDENCIAS, que fumar causa daño en el ADN, lo cual lleva a
mutaciones y a incrementar en mucho el riesgo de padecer cáncer. Pero si
mientras fumas piensas en Dios seguro que nada de eso pasa. Que los de la BNE
ingieran plutonio radiactivo pensando en Dios, total, qué más da.
Y con eso basta.
Estamos en la época de la información, pero estamos entrando en la de la
sobreinformación. Cualquiera puede abrir un blog o una página y web y soltar la
primero que se le ocurra, ¿Qué nos queda entonces? Aprender a distinguir entre
las buenas fuentes y las que no se basan en ningún tipo de evidencia pero si en
muchos tipos de creencia.
– La salud es un tema complejísimo que poco a poco vamos
descifrando con el paso de las décadas. Si alguien viene y te simplifica una
enfermedad al máximo y te dice que el cáncer se cura oliendo un limón, huye. O
mejor, pregúntale donde está la evidencia o la referencia de eso. Donde se ha
demostrado que dos personas teniendo el mismo tipo de cáncer, tras una oler un
limón, se ha curado y la otra ha muerto. Ahora sí, huye.
– Si aquel que te simplifica la enfermedad hasta el
rídiculo, además, gana algo de dinero, por poco que sea, con el tratamiento que
te ofrece, huye. O mejor, denúncialo por estafador y ahora sí, huye.
– Confía en aquello que se ha demostrado de forma objetiva,
aquello que ha sido probado y demostrado en condiciones donde se asegura que lo
que se dice no se debe a creencias o manipulaciones, sino a evidencias, donde
se controlan la mayoría de variables. Eso sucede en todos los artículos
científicos de biomedicina. Eso NO sucede en ninguna terapia alternativa. Y no
lo entiendo, veamos…
Pongamos que lo que dice la BNE es cierto, que tras
recuperar tu equilibrio emocional cualquier enfermedad, ya sea de origen
vírico, bacteriano o fortuito (aunque según ellos solo son de origen
emocional), desaparece y te curas. ¿Tan difícil es hacer un estudio clínico
serio donde demuestres que solo aquellos que siguen tus consejos se curan y el
resto no? Hay que ser muy, pero que muy hipócrita, para dejar morir a todos
aquellos que no te conocen para pagarte por tus consejos y criticar mientras a
las farmacéuticas. Además, si el estudio clínico sale a tu favor, serás multimillonario
y salvarás millones de vidas.
¿Ha sucedido eso con alguna de las muchas “terapias
alternativas” que existen? No, ¿por qué? Es más fácil engañar a unos pocos y
sacarte unos pesos, que apostar firmemente por aquello que predicas pero que ni
tu mismo crees y demostrar ante el mundo entero que estabas engañando y jugando
con la salud y esperanza de muchas personas.
Referencia academica cientifica
Epigenetic mechanisms in memory formation
Dr. J. David Swealt University of Alabama Birmingham
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